Cualquier restaurante que se preste en querer dar el mejor servicio a sus comensales sabe que el proceso de comunicar las comandas tomadas en la mesa por parte del camarero suele ser el momento crucial para que no ocurran incidencias, problemas o dificultades. Una vez realizada esta tarea, es de vital importancia que la información obtenida por el camarero llegue de forma correcta a la cocina y es en este preciso instante, cuando se suele escuchar el clásico, ¡Oído cocina!, que no tan solo significa que a quien se le ha pedido algo, lo ha escuchado y comprendido correctamente, sino que, también, la comanda realizada ha llegado a la zona de preparación, con las modificaciones o variantes que se han ido pidiendo por parte de los comensales y que ha llegado sin ningún tipo de error.
Pero todos sabemos que no suele suceder así, pues aparece una de las mayores dificultades que tienen en su día a día los restaurantes, que es, nada menos, que el método que utilizan para transmitir la información. El momento de comunicar las comandas de mesa a la cocina es una de las acciones más importantes que debe gestionar cualquier negocio de restauración y si este momento no está lo suficientemente controlado y organizado, será imposible ofrecer un servicio rápido, ágil, profesional y eficiente al comensal, pues, está demostrado, que atender a los clientes más rápidamente y de mejor manera y comunicar correctamente su comanda a la cocina ayuda a que el comensal quede más satisfecho. Minimizar errores de comunicación entre los comensales, camareros y cocineros se puede convertir en el punto clave que diferencie cualquier restaurante, bar o cafetería del resto de la competencia.
Poder garantizar una rápida y concreta recepción de información en la cocina permite disponer de una preparación de platos más ágil, a la vez que ofrecer una mejor atención y servicio a los comensales, evitando los tediosos gritos o desplazamientos innecesarios por parte de los camareros, para luego estos esperar a escuchar la frase: ¡Oído cocina!, se convierte, sin duda alguna, en una inestimable ayuda para intentar incrementar las ventas, debido, probablemente, a la circunstancia de poder disponer de más tiempo de consumo que aporta el poder trabajar con herramientas de este tipo.
Si no se desea cantar, gritar o tener que pronunciar de forma efusiva la comanda, el módulo de radiocomandas de BDP es la mejor solución, ya que, con un simple toque en el dispositivo del camarero, toda la información preseleccionada por este es recibida sin errores de forma rápida y concisa en cada una de las secciones de producción de la cocina. Poder utilizar un buen sistema digital de toma de comandas compatible con el funcionamiento tradicional en un negocio de hostelería afecta, de forma directa, a la posibilidad de conseguir, o no, alcanzar un aumento de rotación de las mesas, un incremento del importe del ticket medio y una mejora considerable en la satisfacción y fidelidad del cliente.
Y tú, ¿Qué haces: actúas o gritas?